*Artículo Publicado en el Seminario Claridad hace varios años.
Hace varios días quedé atónito al ver las imágenes de un comercial de televisión de un prominente banco hipotecario. El comercial presenta a nuestra querida cantante puertorriqueña Ednita Nazario entonando las notas del tema Yo tengo ya la casita enmarcada en un hermoso paisaje campestre con un verdor deslumbrante. De inmediato pensé en lo difícil que debió ser para la compañía de publicidad que grabó el comercial encontrar semejante escenario en nuestro país, si es que fue hecho en Puerto Rico. La verdad es que dichos paisajes ya están en peligro de extinción, gracias al desparramamiento urbano auspiciado por la industria de la construcción, la banca y el gobierno.
Es totalmente obvio que la intención del mencionado comercial es continuar inculcando en los puertorriqueños el sueño de que todos tengamos nuestra "casita" de tipo unifamiliar con patio o terreno. Parece increíble que los bancos lleven este mensaje a los puertorriqueños, cuando dicho sueño solo podría lograrse con la destrucción de nuestro medioambiente y la desaparición de los hermosos paisajes que presentan en sus comerciales. En adición a esto, los comerciales pretenden llevar el mensaje de que con su "casita" las familias alcanzarán unos altos niveles de calidad de vida. La verdad es que no existe calidad de vida si las urbanizaciones se desarrollan cada vez más lejos de la ciudad, provocando así que sus residentes pierdan varias horas diarias atascados en congestiones de tránsito. La tan venerada "casita" se convierte para la familia en un simple dormitorio nocturno. Durante el resto del día la familia deberá desplazarse (usualmente en más de un vehículo) hacia sus trabajos en la ciudad, la escuela o cuido de los niños y los centros comerciales (obviamente no hay comercios en la urbanización), lentamente dentro de una congestión vehicular creciente por el desarrollo de más "casitas".
Lamentablemente la oferta del mercado no toma en consideración a aquellos que no deseamos vivir ese desastre. Casi no se desarrolla en la ciudad, y cuando se hace, los precios son inalcanzables. Son esos mismos bancos los que no apoyan proyectos de restauración de edificaciones urbanas, la construcción de segundas plantas o el uso mixto de estructuras. Casi nos obligan a considerar vivir un sueño que no hemos soñado y nos quieren hacer cómplices de la destrucción de nuestro ambiente. De cualquier forma, quién no se rinde ante nuestra querida Ednita Nazario cantando junto a semejante paisaje "yo tengo ya la casita, que tanto te prometí…"
No hay comentarios:
Publicar un comentario